lunes, 29 de abril de 2013

¡NO PIDAS MÁS!

Relato de María Cantero de 1º ESO para el concurso de relatos 2013



¡NO  PIDAS MÁS!

En una ciudad donde la vida de los niños era sencilla y divertida, vivía un chico llamado Roberto.
Una mañana Roberto salía del colegio cuando un amigo suyo, Francisco le dijo:
-Oye, Roberto, el sábado a las 17:00 voy a celebrar mi cumpleaños en mi casa, y estás invitado, espero que vengas.
-¡Fantástico! Allí estaré.
Los dos amigos se despidieron y se dirigieron a sus casas. Cuando Roberto le contó a su madre que iba a ir al cumpleaños de Francisco, su madre le dijo:
-Genial, entonces tendremos que ir a comprarle algún regalo.
Esa misma tarde madre e hijo fueron a comprar el regalo, llegaron a la tienda y Roberto vio un coche teledirigido que le gustó mucho, pero su madre le dijo que el regalo era para Francisco, que a él ya se lo compraría en otro momento, Roberto también vio un avión que le gustó y su madre le dijo que a él le compraba el avión y a Francisco el coche, pero Roberto quería las dos cosas para él y también quería un juego de supermán y un libro que le gustó. La madre le dijo que no podía comprarle tantas cosas y solo compró el coche para Francisco. Roberto salió llorando de la tienda y cuando llegó a casa se encontró a sus abuelos que estaban allí, su abuelo le preguntó por qué lloraba y Roberto le contestó que quería un coche y un avión teledirigido ,un libro y un juego de supermán y que su madre no se lo había comprado. Entonces su abuelo le contó una historia que su padre le había transmitido a él cuando era pequeño. Y dice así:
Hace años, en un pueblo muy lejano nacieron dos hermanos gemelos, fueron creciendo, sus padres le daban todo lo que querían, llegó un momento en que no usaban lo que tenían, eran tantos juguetes y tantas cosas que ya no sabían donde meterlas, pues. Pasaron los años y un día sus padres tuvieron un accidente de coche y murieron. Unos meses más tarde cada uno se casó y se independizaron, pero sus saldos apenas llegaban para pagar lo mínimo. Pues ya no podían comprarse todos sus caprichos, y empezaron a robarle a la gente pero eso no duró mucho porque la policía los descubrió y los metió en la cárcel, allí reflexionaron y se dieron cuenta que lo que habían hecho estaba muy mal y solo porque no tenían móvil, ordenador, no se podían comprar los dulces que querían, etc. Pero notaron que a pesar de eso le faltaba algo más importante... era el cariño de su familia y amigos.
Al final, aprendieron que no se puede tener todo lo que se quiere, y no hace falta tantas cosas para ser feliz.
Con esta historia Roberto comprendió que no podía pedir cosas que no eran para nada necesarias. Y se dio cuenta que era más feliz jugando con sus amigos y familiares que con todos los juguetes que pudiera tener.

No hay comentarios:

Publicar un comentario